Rio dulce + Mar salada = Energía renovable
Una curiosa investigación de la Universidad de Stanford ha estimado que los ríos podrían satisfacer el 13% de las necesidades energéticas actuales de todo el mundo.
El estudio no se refiere a la capacidad de generar energía hidroeléctrica sino a la energía contenida en el agua dulce cuando se diluye en el agua de mar, una cifra cercana a los 2 terawatios de energía.
El principio científico en el que se basa el estudio es sencillo. Cuando dos masas de agua, una dulce y otra salada, se encuentran se produce un aumento de la temperatura. Ésta energía puede ser recogida y aprovechada para generar electricidad.
Un medio utilizado desde hace tiempo para recoger la energía son las membranas que aprovechan la diferencia de presión osmótica. El agua salada atrae a la dulce provocando un aumento de presión. Ésta presión se puede utilizar para mover una turbina. Existe un prototipo de este tipo de instalaciones en Noruega.
Los investigadores de la Universidad de Stanford han desarrollado ahora una línea de investigación totalmente novedosa; consiste en la utilización de una batería de dióxido de manganeso y plata. Su coeficiente de eficiencia energética es del 74%. La batería aprovecha la diferencia de concentración salina de las dos disoluciones (dulce y salada), y extrae la energía del movimiento de los iones de sodio y cloro que forman la sal.
Una idea científica en sus primeras fases de desarrollo, que encontrará no pocos problemas prácticos para su aplicación a gran escala.
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